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martes, 20 de septiembre de 2011

Recordar (o volver a pasar por el corazón)

"Y me pregunté si un recuerdo es algo que se tiene o algo que se ha perdido".

"Otra mujer" (1988). Woody Allen.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Planeta Plástico



Contenedores de basuras en Napoles. Piazza Municipio. Agosto de 2011.

Hegemonía de la cultura del usar y tirar…y, como en los juegos infantiles, “tiro” porque me toca. La coletilla resulta adecuada porque, en mi opinión hay mucho de infantil, de persistente irresponsabilidad e irreflexiva condición en el irrefrenable merodeador de estantes.

Reconozco que todavía no he desarrollado un antídoto con que superar el desánimo que me invade cada vez que observo en la cola del súper los malabarismos inconscientes del parroquiano que me precede: interceptar así las bolsas que endilga la cajera no es destreza que se adquiera en un par de jornadas.

Llegados a este punto de la fiesta no parecería ninguna sandez proponer la denominación de planeta Plástico para definir esta pelota flotante en que malvivimos, en lugar de esa engañosa e inapropiada pero desde luego muy romántica y mineral definición de planeta Tierra.

Cuenta Juantxo López de Uralde en su último libro que recientemente se ha descubierto la existencia de una zona del tamaño de España en el Pacífico sur, en la que la concentración de las basuras plásticas es tal que casi constituye una isla artificial que establece su rumbo a merced de las corrientes. Estremecedor.

Hace unos minutos regresé de comprar pan. Como hago desde hace mucho tiempo saqué a pasear mi habitual bolsa de tela. Mientras guardaba las barras he oido que la chica, la cajera, una de esas incombustibles bombarderas de las fundas de plástico, murmura un “qué apañao, con su bolsita…

Los “plastícolas” que me rodean me miran con indisimulada desconfianza pues el gesto –mi gesto- ecológico, ecologista y a contracorriente, sólo puede suscitarles suspicacia. ¿Será comunista?.
Mi expresión debe evocar alguna de aquellas impagables muecas de Kevin McCarthy en esas escenas inolvidables de "La invasión de los ladrones de cuerpos".

Mal, muy mal deben ir las cosas cuando te perciben como un alienígena y ello después de 30 años masticando en los medios la imparable crisis ambiental que amenaza con llevarnos a todos por delante. Cosas del Primer Mundo en el que militamos.

A mediados de este verano el gobierno aprobó el nuevo texto de una Ley de Residuos que lejos de enfrentar este terrible problema demuestra, una vez más, su falta de compromiso con las cuestiones ambientales. Se ha calificado, y con razón, de oportunidad perdida para incluir la recogida selectiva de la materia orgánica, la prohibición de la distribución gratuita de las bolsas de plástico -que tanto me aflige- o la exclusión de la incineración como método de gestión.

Hace apenas unas semanas visité Nápoles, ciudad que meses atrás fue noticia por el pulso entre gobierno y Camorra con el telón de fondo –maloliente- de la gestión de las basuras. Montañas de inmundicia napolitana a las que, para empeorar las cosas, se les pegaba fuego en un perfecto caos que amplificaba las consecuencias sanitarias y ecológicas del problema.

Medito sobre todo este gigantesco, colectivo e interminable vómito de residuos y sobre esa maquinaria infernal que los genera y, lo que es peor, sobre ese infinito ejército de acríticos consumidores. Confieso que mi conciencia ecologista, al igual que esas viejas navajas que indultamos en el fondo de un cajón, se me ha mellado por tiempo indefinido.

Si alguien puede recomendarme un buen afilador…

domingo, 11 de septiembre de 2011

Genealogías


Mercado central de Damasco, septiembre de 2010.


Golpe a nuestra civilización”, titula El País su editorial del 12 de septiembre de 2001. Una verdad mentirosa. El Pentágono no forma parte de mi civilización: representa un poder tan odioso como puede serlo el Afganistán de los talibanes. Mi civilización incluye la Alhambra de Granada y las huertas de Valencia, las sinagogas de Toledo y las juderías de todas las ciudades medievales españolas, la Aljafarería de Zaragoza y la mezquita de Córdoba, la Tarragona romana y la Ampurias griega: pero nunca el Pentágono.

Jorge Riechmann