Mi lista de blogs

domingo, 5 de diciembre de 2010

Pajaritos y pajarracos


He who shall hurt the little Wren,
Shall never be belowed by Men
(*)
William Blake, Auguries of Innocence

(*)“Aquél quien al pájaro reyezuelo dañe, jamás querido por el hombre será”.

Ignoro por cuánto tiempo podré disfrutar de los campos que rodean el lugar donde vivo. Las previsiones no son buenas, por desgracia. Seguro es que, mientras escribo estas líneas, alguien esté sentenciando en un despacho el porvenir de estos parajes singulares del sur de Madrid, tan reconocidos por las universidades madrileñas como despreciados por los gobernantes municipales.

Sin embargo salir hoy al campo, dando con ello rienda suelta al irreductible duende silvestre que uno porta, no siempre constituye una experiencia gozosa. Me explicaré. Nadie pone en duda el fomento de las actividades y actitudes favorables a la naturaleza. Cada vez son más quienes acuden al campo con la excusa de observar aves, recoger setas, espárragos o almendras.

En un delicioso librito titulado Capricho extremeño, confesaba Andrés Trapiello el desdén que le producía la irrupción campestre de esta legión de “recolectores”, de los que opinaba que “no conciben el campo sin ordeñarlo un poco”. No llego a tanto, sinceramente.
Yo me refiero a otro tipo de reuniones. Y es que empieza a escamarme la alta probabilidad de que la observación de varios individuos al aire libre sea preámbulo de pesares para el medio ambiente. Van tres fines de semana seguidos.

Hace un par de horas he descubierto a varios tipejos capturando aves con redes prohibidas. Eran no menos de siete y por su aspecto seguro estoy de que las fotos que conserven de su primera comunión por fuerza han de ser en color sepia. Nada de chiquilladas, que es a lo que voy.

A los mayúsculos desastres promovidos por la Administración, ya sea local, autonómica o estatal se suma este goteo continuo, incesante, exasperante de individuos que merma todos los días el patrimonio natural de tod@s. A fin de cuentas, argumentarán, “son sólo pájaros” -protegidos por la ley- pero simples pájaros.

En definitiva, cada día es más caro conseguir que un paseo por el campo sea una experiencia del todo recreativa. Sobre todo para aquellos que todavía no nos conformamos exclusivamente con regresar a casa con un buen cesto de espárragos trigueros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario